La República.pe
Edición Impresa del 22 de Junio de 2015
foto: http://www.latercera.com/noticia/mundo/2014/10/678-601208-9-evo-choca-con-peru-por-ruta-de-corredor-bioceanico.shtml |
César Caro Jiménez
Allá por la década de 1950, el gobierno
de Bolivia de aquel entonces inició tratos con el Perú, en aquel momento
gobernado por general Manuel Odría, para que un oleoducto con el crudo
de la región de Santa Cruz de la Sierra desemboque por Ilo, la ciudad
portuaria de Ilo.
Intención que se frustró por el clima
negativo y la oposición chauvinista, encabezada por el depuesto
Bustamante y Rivero, que argumentaba que los puertos deberían ser solo
para uso y beneficio exclusivo del país, argumentando además que se
trataba de una cesión de soberanía. Colofón: el oleoducto se construyó
pero salió por Arica. Chile concedió a Bolivia la administración de las
instalaciones, permitiendo incluso que los tributos de sus trabajadores
los recaude el fisco boliviano. Lo único que Chile cobraría eran los
derechos de capitanía de puerto.
Hoy en cierta forma podríamos perder otra
oportunidad. El gobierno boliviano, que gracias a un préstamo de cerca
de US$ 6.8 millones, ha efectuado con asesoría internacional un serio
estudio técnico-económico en cuanto las posibilidades del denominado
corredor ferroviario bioceánico, que en su etapa final uniría el puerto
brasileño de Santos, territorio de Bolivia de este a oeste y el puerto
de Ilo. Proyecto que tenemos entendido que el presidente boliviano
planteará a su colega peruano, argumentando que el mismo, además de ser
“más barato, es más corto y ya están resueltos los temas ambientales” en
comparación con el que saldría por Paita.
Ahora bien: me temo, teniendo en cuenta
los grandes intereses que están en juego y la idiosincrasia, que hace
que muchas veces se diga que los cangrejos peruanos no pueden salir,
porque cuando uno va subiendo otro lo jala; permitiendo que sigamos
atrapados en el hoyo, de las frustraciones y las oportunidades perdidas,
que voces centralistas e incluso macro regionales se opongan a la
propuesta boliviana.
Propuesta, que en el corto plazo
permitiría, utilizando el tramo férreo existente entre Ilo-Toquepala,
trasladar por el mismo, a costos adecuados, cerca de 6 millones de
toneladas solo de carga boliviana, cantidad que al año 2025 podría
incrementarse de tal forma que podría justificar la construcción de
Corío y Puerto Grau.
Asimismo, considerando dicha carga, no
habría que hacer oídos sordos al pedido boliviano de administrar en
forma conjunta el terminal de ENAPU en Ilo, para lo cual en el esquema
“joint venture” se asociarían la empresa estatal peruana con otra de
similar rango de Bolivia.
Espero que todo esto, de lugar a que
tratemos de repensar nuestra región, --y al decir región pienso en el
gran sur--, teniendo en cuenta lo hecho y nuestras necesidades y
posibilidades en el actual proceso de globalización, tratando de cambiar
el enfoque egoísta al que estamos habituados, reordenando nuestras
ideas, para tener claro lo que debemos y podemos hacer juntos, tomando
conciencia que si bien es cierto que el Estado ha perdido gran parte de
su función promotora del crecimiento y el empleo, aún puede regular las
inversiones.